Nadie puede quitarte el derecho a soñar

Nunca pude imaginar que el 2020 iba a ser tan complejo, tan distinto a lo que habíamos vivido años atrás. Me di cuenta de una cosa que tiene que ver más con evolucionar que con soñar: “estás listo para cambiar o simplemente esperas a desaparecer”.

Siempre he pensado que mover y motivar a la gente es el primer paso de algo grande, muy grande. Así empiezan las comunidades, así empiezan los barrios y vecindarios, así empezamos todos a trabajar por algo; entonces, mi intención es lograr que esta gente, a la que tengo la oportunidad de mover, ayude a más gente.

Quiero lograr un movimiento, una comunidad de profesionales que sean la mejor versión de ellos mismos, con el único afán de servir a otras personas porque es allí cuando lo que hacemos cobra sentido; ¿si no transmites algo de ti a alguien más, de qué sirve?

Me gusta entrenar a una persona, me gusta comprender cuales son sus virtudes y hacer que en primer lugar, piense en ellas como su ser único y después potenciarlas, gritarlas, para que esa versión de sí mismo deje una marca, un legado.

«La gente tiende a confundir visión con misión y lo primero que les explico es que con tu misión vas a llegar a esa visión”.

El COVID-19 nos trajo una nueva realidad en la que o comunicas y llamas la atención o simplemente te quedas esperando hasta desaparecer. Soy planificador y trato de prever todos los escenarios futuros, teniendo en cuenta que la «naturaleza» de las cosas puede cambiar en

un instante. ¿Quieres conseguir un objetivo? ¡despierta! enfócate, trabaja muy fuerte y prioriza tus metas porque para llegar lejos, además de soñar, hay que ser estratega.

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