Cada día problemático, o que creemos que lo fue, nos saca de nuestra zona de confort y cuando esto ocurre nos debería llevar a ser más conscientes.
Pienso que cuando algo no nos sale como creíamos que iba a salir lo único que hemos perdido es el control de los pasos o de la planificación; es aquí cuando estar consciente al momento de planear nos ayuda a controlar los pasos, los momentos. De cierta manera esa planificación nos ayuda a entender previamente que varias cosas pueden salir mal y que esto no significa que «todo» nos ha salido mal.
También, en mi experiencia, me he dado cuenta que las situaciones más problemáticas te enseñan, te autoeducan y te sugieren como debes mejorar porque de los errores debemos aprender y son estos problemas , que muchas veces son necesarios, te llevan realmente a otro nivel.
Todos tenemos días complicados que parece que nunca terminarán o no se pueden poner peor y es aquí que necesitamos fortaleza mental, esa fuerza de la consciencia sobre las acciones que estamos tomando y sobre las decisiones que estamos ejecutando porque puede ser que no hayamos estudiado lo suficiente y simplemente confiamos que las cosas saldrán como deberían. Ciertamente ese azar es peligroso y perjudicial.
No se que podría escribir para la gente que piensa que «todo» sale mal porque lo veo en pasado, eso ya pasó, pero si puedo aconsejar que trabaje al revés, pensando a futuro y planificando minimizar el riesgo de que las cosas salgan mal o abriéndose, de antemano, a la posibilidad de que las cosas no salgan como pensamos que deberían y que esto no significa error sino una opción.
Cuéntame, ¿qué te dejan esos días malos?